En la región de Tierra Caliente, en Michoacán, la producción de limón enfrenta un desafío que va más allá de las plagas o las sequías.
El crimen organizado ha impuesto un sistema de cuotas a los productores de limón, quienes deben pagar entre 7 y 9 pesos por cada kilo del cítrico. Aquellos que se niegan a hacerlo han sufrido represalias graves, como la destrucción de sus cultivos.
Los grupos criminales han utilizado maquinaria pesada para derribar árboles de limón en municipios como Apatzingán y Buenavista. Esta situación fue denunciada públicamente por el padre Gregorio López, conocido como el padre ‘Goyo’, quien compartió imágenes de los árboles dañados a través de sus redes sociales. De acuerdo con La Jornada, el padre Goyo señaló específicamente al cártel de Los Viagras como responsable de estos ataques.
Este tipo de acciones no sólo afectan a los productores, sino que también dañan la economía local, ya que la producción de limón es una actividad fundamental en los municipios de Buenavista, Apatzingán, Tepalcatepec, Múgica y Gabriel Zamora. En conjunto, estas localidades producen aproximadamente 800 mil toneladas de limón al año en más de 40 mil hectáreas.